domingo, 16 de diciembre de 2012

NUESTRA VERSIÓN DE SAN JUAN DIEGO



Desde el cielo una hermosa mañana, 
desde el cielo una hermosa mañana,
la Guadalupana, la Guadalupana, la Guadalupana
bajó al Tepeyac

"Juan Dieguito" la Virgen le dijo,
"Juan Dieguito" la Virgen le dijo:
"Este cerro elijo, este cerro elijo, este cerro elijo
para hacer mi altar"...

Este es un fragmento del himno guadalupano que generalmente cantan los niños para festejar la fiesta de la Santa Virgen María de Guadalupe, Reina y Madre de México.

Las apariciones guadalupanas al indigena Juan Diego para pedirle que hiciera llegar al Obispo Fray Juan de Zumarraga su petición de un templo en el cerro del Tepeyac desde donde pudiera dar todo su amor a las gentes de estas tierras son recordadas y celebradas en una de las festividades religiosas católicas más importantes no solo de México sino del mundo entero por la cantidad de fieles que se congregan en el Santuario de Guadalupe cada día 12 de Diciembre mas de 6 millones de fieles que llegan en peregrinación desde todo el país y varios países extranjeros durante el 11 y 12 de diciembre para manifestarle su amor y su devoción a traves de rezos, cantos, (como el himno que te presentamos o las muy mexicanas "Mañanitas") y danzas heredadas de nuestros antepasados indígenas.

Grupo de danzantes frente a la Basilica de Guadalupe
 Entre las muchas hermosas tradiciones relativas a esta importante fecha hay algunas realmente conmovedoras por su generosidad y nobleza como la de ofrecer ayuda, alimentos y / o bebidas calientes o refrescantes -según la hora del día- a los "peregrinos guadalupanos" a lo largo de su trayectoria.

Así mismo hay una tradición especialmente encantadora que es representar -con y para niños- la historia de Juan Diego y su encuentro con la "Morenita del Tepeyac" o sea con la Virgen de Guadalupe:





También es costumbre presentar en la Basilica de Guadalupe o en cualquier iglesia en esa fecha a los niños pequeños de la familia vestidos con los tradicionales trajes de manta como una forma de recordar y homenajear tambien a nuestro Santo indigena Juan Diego, ("Juan Dieguito, el más pequeño de mis hijos", como lo llamaba la divina Señora de Guadalupe).


Así como se visten a los niños pequeños de una familia católica y guadalupana para honrar y demostrar nuestro cariño por Juan Diego y nuestra veneración por la Santa Virgen, por las mismas razones se suele vestir tambien a las imagenes y figuras del Niño Dios con la ropita de manta, las rosas y la imagen de la virgen en la tilma para llevarlo a la iglesia a la misa de celebracion de Nuestra Señora de Guadalupe.

Creemos que en esto no hay ninguna irreverencia hacia la figura y el culto del Niño Jesús que desde luego está por encima de los santos y los angeles; pero que en la representación de su santa infancia ha pasado a ser no solo nuestro padre, sino tambien nuestro hijo, como los niños de nuestra familia, que con su inocencia y su pureza son los más cercanos a Él. 

Aquí te presentamos nuestra versión de San Juan Diego, por si quieres honrarlo en estos días guadalupanos o todo el año, por si quieres pagar una manda o si tienes un hijito llamado Juan Diego:


Nuestro trajecito consta de pantalón, camisa y ayate de manta (con o sin la imagen de la Virgen) bordada a mano por nuestros artesanos mexicanos siguiendo exactamente el mismo diseño tradicional de la vestimenta indigena de nuestro país, tambien incluye huarachitos, un ramillete de rosas de tela y a tu elección, un sombrero o un resplandor para representar su actual estado de Santo. (Desde luego NO incluye la imagen de la Virgen que te presentamos aquí.)  

Por cierto, esta costumbre de vestir a los niños de "Juan Dieguitos" y "Lupitas" en el 12 de Diciembre no debe confundirse con la de vestir a los niños "de inditos" para rememorar las fiestas del Corpus Christi que se celebran en Julio y que tienen otro contexto y razón de ser.


Todos nuestros modelos incluyen:

·         Ropa interior, o sea calzón y fondo (sencillo o de raso segun el modelo),
·         Cintas, listones o cordones dorados a modo de cinturón, 
·         Calzado (huaraches, zapatos y calcetines o zapatitos tejidos de bebé según sea el caso)
·         Cera de campeche suficiente para pegar los accesorios a las manitas o la cabeza del Niño.

Ninguno de nuestros modelos incluye:
·         Canastos, moisés, cunas o camitas para acostar al Niño Dios
·         Sillas para sentar al Niño Dios
·         Cruces o piañas  (peanas) para pararlo
·         Capelos, urnas o vitrinas para exhibirlo
·         Flores, velas, medallas, rosarios, estampas, litografías o cualquier otro accesorio que no esté incluido en la iconografía del Santo. 


SAN JUAN DIEGO, EL BIENAVENTURADO MENSAJERO DE LA SANTA VIRGEN MARÍA DE GUADALUPE



APARICION DE LA VIRGEN A JUAN DIEGO
El día doce de diciembre es una fecha sumamente especial en México porque ese día celebramos a la Madre de todos los mexicanos: a la Virgen de Guadalupe, tambien conocida como "la Morenita del Tepeyac" y claro, también a Juan Diego a quien Ella llamaba "Juanito, Juan Dieguito, el más pequeño de mis hijos".

La historia de las apariciones de la Santa Virgen de Guadalupe es muy bien conocida y ya ha sido contada innumerables veces, tanto en bellos y eruditos relatos como en las distintas formas del arte, por eso no intentaremos siquiera contarla aquí nosotros con nuestras pobres palabras.

Aquí mas bien queremos hablarles un poco de Juan Diego, ahora ya SAN JUAN DIEGO, primero beatificado en 1990 y por fin canonizado en 2002, ambos procesos llevados a cabo durante el pontificado de Juan Pablo II, "El Papa que amó a México".

Juan Diego y su historia aparecen mencionados por primera vez en la obra "Nican Mopohua" escrita en lengua nahuatl (Este titulo es más bien las primeras palabras con las que empieza la obra y se pueden traducir literalmente como: "Aquí se narra...") escrita por un muy sabio letrado perteneciente a la antigua nobleza mexica llamado Antonio Valeriano quien fuera primero alumno y luego rector del Colegio de Santa Cruz Tlateloco, lugar en donde se educaba a los hijos de la antigua nobleza azteca y de quien se cree que conoció la historia de las apariciones guadalupanas de labios del mismísimo Juan Diego.

Se dice que el nombre original de Juan Diego fue Cuauhtlatoatzin, ("aguila que habla") un indigena que abrazó con mucha fe la religion cristiana y cuando ocurrieron los hechos de las apariciones tenía más de 50 años de edad y hacía al menos dos años que había quedado viudo. En aquel entonces Juan Diego vivía por el rumbo de lo que actualmente es Tulpetlac, Estado de México y se cuenta que cada semana muy temprano, antes de que saliera el sol incluso, hacía una larga caminata hasta Tlateloco para poder llegar a clases de catecismo los sabados y a misa los domingo.  Y fue en una de estas ocasiones cuando ocurrieron las famosas apariciones de la Guadalupana quien le encarga llevar su mensaje al entonces Arzobispo Fray Juan de Zumarraga. quien a su vez pediria luego una prueba para poder erigirle el templo solicitado en el Cerro del Tepeyac.

Antigua Basilica de Guadalupe
Esta prueba vino a ser un ramillete de frescas rosas y su imagen estampada en la tilma (manto, capa) de Juan Diego que es la que actualmente se venera en la "nueva" Basilica de Guadalupe, segundo santuario catolico más visitado del mundo, solo despues de la Basilica de San Pedro en el Vaticano.

Actual Basilica de Guadalupe

Bueno, pues se sabe que luego de estos hechos milagrosos el bienaventurado Juan Diego dedicó el resto de su vida a cuidar la santa imagen que Ella nos quiso regalar.  Abandonó todo lo que contituía su vida anterior y se fue a vivir a un jacalito (una choza) que construyó cercano a la  pequeña ermita en donde primero se expuso a la veneración popular el bendito ayate con el "retrato" de Santa María de Guadalupe y vivió durante 17 años divulgando incansablemente el mensaje de la Virgen y narrando sus apariciones. De todo México acudían interminables grupos que escucharon de sus labios su maravillosa experiencia. 

Así pues, vemos que Juan Diego se convirtio en un gran evangelizador de México, pero siempre desde la humildad, la sencillez, la nobleza y la vocación de servicio, siendo siempre muy querido y respetado por todos lo que visitaban el santuario, desde el Obispo y los frailes hasta las personas venidas de todos los pueblos cercanos que se convertían y se bautizaban.

Para llegar a ser declarado SANTO, la Iglesia hace todo un proceso muy largo y muy laborioso. Se hacen muchas investigaciones, se buscan pruebas. Finalmente se tiene que atribuir un milagro a la persona por santificar.  
Quienes entran en este proceso de Canonización (para ser santos), pasan por diferentes etapas:
a) Primero se les declara ¨Siervos de Dios¨.
b) Después se les declara ¨Beatos¨.
c) Finalmente se les declara ¨Santos¨.

La vida de Juan Diego es un maravilloso ejemplo de vida cristiana entregada a Dios, y sus cualidades y prendas espirituales deben haber sido muy grandes y preclaras, ya que lo hicieron merecedor de ser el mensajero e intermediario de la Santa Madre de Dios ante los habitantes de esta tierra mexicana. 

Es por eso que su proceso de canonización fue relativamente "rápido" y fluido, por lo que entre su beatificación y su canonización apenas si transcurrieron poco más de 12 años.

Actualmente San Juan Diego, tan querido por la Virgen de Guadalupe, (“¿No estoy aquí yo, que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra y resguardo? ¿No soy yo la fuente de tu alegría? ¿No estás en el hueco de mi manto, en donde se cruzan mis brazos? ¿Tienes necesidad de alguna otra cosa?”)  es uno más de los santos mexicanos que desde el cielo vela e intercede por nosostros y tiene su santuario como debe ser, cerca del de la Reina de México.


 

sábado, 1 de diciembre de 2012

"¿QUIEN COMO DIOS?" : SAN MIGUEL ARCANGEL


San Miguel Arcángel, Guerrero celestial


San Miguel es uno de los siete arcángeles principales y está entre los tres cuyos nombres aparecen en la Biblia (Los otros dos son Gabriel y Rafael).  La Iglesia Católica da a San Miguel el más alto lugar entre los arcángeles y le llama "Príncipe de los espíritus celestiales", "Jefe o cabeza de la milicia celestial", "Gloriosísimo Príncipe de la Milicia Celestial”.
 
“¿Quién como Dios?" fue esta la primera prueba de lealtad que el Arcángel Miguel manifestó cuando Luzbel -tambien conocido como Luz Bella, "el portador de la luz"- lleno de orgullo y arrogancia tuvo el atrevimiento de rebelarse contra Dios al grito de "¿Quien como yo?".

Fué entonces que nuestro angel, el siguiente en el orden jerárquico le respondió: "Te equivocas; ¡Quién como Dios!" Y esta frase se convertiría en el nombre de este angel guerrero pues Mi-ka-el, (Michael, Miguel) significa  "¿Quién como Dios?" en hebreo.

Satanás, lleno de orgullo y “obstinado en su pecado” arrastró a la tercera parte” de los espíritus angélicos, hundiéndolos consigo en las tinieblas eternas de la rebelión. Pero Miguel, por haber sido el primero en oponerse a Satanás se convirtió en el General de las huestes celestiales que permanecieron fieles a Dios.
 
"Entonces se entabló una batalla en el cielo: Miguel y sus Angeles combatieron con el Dragón. También el Dragón y sus ángeles combatieron pero no prevalecieron y no hubo ya en cielo lugar para ellos. Y fue arrojado el gran Dragón, la serpiente antigua, el llamado Diablo y Satanás, el seductor del mundo entero"   -Apocalipsis 12,7-9

Miguel es el triunfador de la guerra contra Luzbel y los angeles rebeldes, es el vencedor del "Dragón" -es decir el demonio- y se volvió también el vigilante protector y defensor de la Iglesia de Dios, revestido con “el poder de la divina justicia, más fuerte que toda virtud natural de los ángeles”.
 



Y en el Antiguo Testamento, San Miguel aparece como el guardián de la nación hebrea. En el libro de Daniel, Dios envía a San Miguel para asegurarle a Daniel su protección. 
"Y ahora volveré a luchar con el príncipe de Persia...Nadie me presta ayuda para esto, excepto Miguel, vuestro príncipe, mi apoyo para darme ayuda y sostenerme." -Daniel 10:13. 
En la actualidad, los judíos invocan al Arcángel Miguel como el principal defensor de la sinagoga y como protector contra sus enemigos. En la fiesta judía de la expiación concluyen sus oraciones diciendo: "Miguel, príncipe de misericordia, ora por Israel".


En México tenemos un particular cariño por "San Miguelito" y nos encomendamos a él para ayudarnos a alejar las tentaciones del mal y mantenernos en el buen camino. Y en la época decembrina lo tenemos muy presente porque en las tradicionales pastorelas mexicanas nos encontramos con el valiente y aguerrido Miguel Arcángel que prosigue su guerra contra el pícaro luzbel para regocijo de los espectadores.