miércoles, 23 de noviembre de 2011

El Niño de Atocha: Las increibles y maravillosas aventuras de un niño peregrino (tercera parte)

EL PEQUEÑO PEREGRINO EN ATOCHA, ESPAÑA

La devoción al Santo NIño de Atocha tuvo su origen cuando los cristianos de España luchaban para liberarse de los moros que habían invadido la península, el pueblo de Atocha fue tomado por los moros y muchos cristianos cayeron prisioneros. Como los carceleros no alimentaban a los prisioneros, las familias les llevaban los alimentos. En una época, el califa emitió una orden que consistía en que nadie excepto niños menores de doce años podían entrar al campamento a llevar alimentos a los prisioneros

Los familiares y todo el pueblo rezó a Nuestra Señora de Atocha por los prisioneros que al no tener niños pequeños no recibían alimentos. Fue entonces que un niño vestido como peregrino de la época entró en el campamento de presos con una cesta de alimento y un jarro de agua. Los guardias que le permitieron alimentar a los presos descubrieron sorprendidos que no se agotaban los alimentos de la cesta ni el agua de la jarra del niño. Ni los moros ni los cristianos conocían a aquel niño y llegaron a la conclusión que era el niño Jesús quien los visitaba.

Como una manera de confirmarlo, los zapatos de la estatua del niño Jesús estaban gastados. Cuando los reemplazaron por unos nuevos, esos también estaban gastados. Luego de que Fernando e Isabel expulsaron a los moros de España en 1492, la gente continuó invocando la ayuda de Nuestra Señora de Atocha y su Santo Niño para socorrer a los viajeros, peregrinos y migrantes; a los presos, a los niños y a las mujeres que van a dar a luz.

  
EL SANTO NIÑO DE ATOCHA

Como podemos ver, a partir de aquí el Santo Niño se separó de su madre para acudir a socorrer a quien lo necesita, es por eso que aunque a la sagrada imagen de Nuestra Señora de Atocha se le ha vestido con riquisimos vestidos y mantos regalados por diferentes reinas de España, a su divino Niño se le ha dado culto por separado en su advocación de un pequeño peregrino ataviado con una capa que tiene un ancho cuello y puños de encaje. 

En su capa está la tradicional concha de berberecho, símbolo de los peregrinos del Camino de Santiago de Compostela y el Niño sostiene una pequeña canasta, a veces vacía, a veces con flores, también lleva (a modo de "cantimplora") una vasija para el agua en forma de calabazo o "guajito" (como los que usan los campesinos mexicanos) que está sostenida por un bastón que tiene en su mano derecha. El pequeño Santo Niño usa sandalias y un sombrero grande y flexible con una pluma. Aunque se lo conoce como un peregrino, generalmente se lo muestra sentado en una pequeña silla.

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